Cierta mañana de agosto de 2012, en su carácter de padre de un alumno de secundaria del establecimiento, alguien llamado Osvaldo Prior, franqueó el umbral de la biblioteca. Carlos Barbarito, el bibliotecario, se encontraba en ese momento catalogando algunos libros de reciente ingreso. El tal Prior, luego de presentarse, le manifestó a nuestro bibliotecario su deseo de colaborar –por ese entonces la biblioteca se encontraba en plena reorganización luego de las refacciones-. Mientras conversaban, a Prior le llamó la atención que hubiese dos juegos de ajedrez en un estante, a lo que Carlos le respondió que el ajedrez es una actividad tradicional en el instituto y que, desde su fundación, se han celebrado torneos –de ello hay numerosos registros en diversos números de El retallo-. Fue entonces cuando Osvaldo manifestó su pasión por el juego ciencia, de su constante presencia en el Círculo de Ajedrez de Villa Ballester y, finalmente, de su título de profesor de lo que él mismo definió como un arte en forma de juego. Fue en ese momento cuando surgió la idea de un taller dedicado a los alumnos de primaria, a partir del segundo ciclo. Poco después, la idea se hizo realidad gracias a las autoridades de la Agrupación Cultural y de la institución.

A partir de marzo del año siguiente, se hizo efectivo el funcionamiento del taller, con la participación de cincuenta y cuatro alumnos. Se llevaron a cabo torneos internos además de la imprescindible formación teórica (rudimentos, táctica, estrategia, análisis, resolución de problemas, etc., teniendo como base el Tratado general de ajedrez de Roberto Grau). En noviembre tuvo lugar un certamen de fin de año con la participación de todos los talleristas. En la oportunidad se entregaron trofeos, medallas y libros. Durante el año se compraron diversos materiales (juegos, relojes, libros y revistas) y, gracias a los encargados de mantenimiento, se construyeron dos tableros murales dedicados a la enseñanza y al estudio de partidas históricas. Dejamos sentado aquí nuestra gratitud al único librero especializado en ajedrez en Buenos Aires, Juan Sebastián Morgado, ex alumno del colegio y autor de ensayos dedicados a su especialidad. En nuestra biblioteca hay varios de esos volúmenes donados por Morgado. Otro aporte fue el del investigador Zoilo R. Caputto, quien donó –entre otros- su fundamental El arte del estudio de ajedrez, en cinco volúmenes. Aunque no tenga relación con esta nota, no es posible dejar de citar otro aporte de Caputto a nuestra biblioteca: una colección de libros dedicados a Leonardo Da Vinci, que se constituyeron desde el primer momento en un verdadero tesoro bibliotecológico.

2014 fue un año decisivo: se anotaron ciento cuarenta alumnos; esta cantidad, inesperada ya que triplicó la de 2013, obligó a la participación de un ayudante, el bibliotecario Carlos Barbarito. Como en el caso de 2013, se organizaron torneos internos por grado –de una ronda por día-, certámenes femeninos y el tradicional torneo mayor de fin de año con la participación de ochenta y nueve alumnos. Varios de los talleristas representaron a nuestra institución en tornos zonales, entre otros el torneo por equipos organizado por la Biblioteca Popular Historiador Munzón, en el que tuvieron una muy destacada participación: campeones y subcampeones superando a grupos de diferentes localidades. Debido al éxito del taller de primaria, se implementó a partir de abril uno dedicado a alumnos de secundaria. La compra de materiales no se detuvo, al contrario se incrementó. Hasta el momento se cuenta con cuarenta tableros y una biblioteca básica muy importante y en crecimiento. En proyecto se encuentran la incorporación de tercer año de primaria, la publicación de una revista de ajedrez y la compra de un ajedrez de patio (con figuras de madera de hasta setenta centímetros de altura).

TORNEO DE FIN DE AÑO 2014- POSICIONES FINALES

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